Los procesos
electorales que marcaran el futuro de Venezuela en los próximos años ya se
realizaron. El 7 de octubre y el 16 de diciembre dejaron resultados claros y
contundentes, el pueblo venezolano en su mayoría esta plenamente conforme con
el ejercicio de gobierno que en los últimos 14 años ha desarrollado Hugo Chávez
y su proceso revolucionario y por eso le ratificó su apoyo. Se pueden buscar explicaciones y
responsables, la abstención, los comeflores, la dirigencia, los apáticos, los
ninis, la MUD, Capriles entre millones de potenciales culpables. Se pueden
establecer teorías, se pueden determinar situaciones especificas de abusos,
fraude o como lo llaman ahora “ventajismo” pero no nos sigamos cayendo a
mentiras. El éxito electoral de esta revolución tiene nombre y apellido. Su
nombre es Odio y su apellido es resentimiento.
En la Venezuela Pre-Chavez se cultivó
un odio acérrimo entre los venezolanos
de diferentes estratos sociales, quizás no nos dimos cuenta, quizás concientemente
y de forma personal no hicimos nada para crearlo o hacerlo crecer. Pero estaba allí
y fue germinando, el olvido en que la dirigencia política del país sumió a
muchas de esas personas hizo que este odio y resentimiento se desarrollara. El
mito de que éramos un país rico incremento ese sentimiento sobretodo en
aquellos que no le conseguían explicación al hecho de formar parte de un país
rico y vivir en una permanente miseria.
El hecho
irrebatible es que aun cuando en apariencia éramos un país feliz y unido la
verdad es que esa unión era frágil y existían múltiples fracturas en nuestra composición
social. Y allí apareció Hugo Chávez, convertido en el vengador de esos grupos quizás
olvidados, maltratados y definitivamente excluidos, que vieron en el la persona
que probablemente les resolvería sus problemas pero que de no ser así al menos
les haría pagar a los “culpables de su miseria” por tantos años de desprecio y
olvido.
En ese sentido la habilidad de Chávez
y su olfato político le ha permitido hilvanar un discurso que calo en ellos, en
el cual le hizo creer a esa parte de Venezuela que el haría pagar a la Oligarquía
(la clase media) por el daño causado y vaya que lo ha hecho.
Estos 14 años han estado enmarcados
en una incapacidad notoria para gobernar, los problemas del país no solo se han
multiplicado sino que se han profundizado. La delincuencia, el desempleo, el
desabastecimiento, pésima educación, infames servicios públicos y un abandono
absoluto de la infraestructura de la nación, son problemas que nos afectan a
todos los venezolanos independientemente de nuestra posición social u económica.
Visto de esta manera la revolución ha sido un fiasco, la cosa esta en que la revolución
Chavista si ha cumplido a carta cabal con la mas importante de sus ofertas
electorales, la promesa de hacerle la vida cuadros a la clase media y solo con
hacer eso tiene contento y muy contento a la porción de país que necesita para
ser una maquina de ganar elecciones.
El odio y el resentimiento son los
motores más grandes que tiene el venezolano para votar y mientras eso sea así habrá
Chavismo para rato con o sin el comandante al frente. Muestra palpable de ello
los resultados de las elecciones de gobernadores. Donde observamos como los
estados apoyaron a cualquier candidato incluso aquellos sin trayectoria ni
arraigo con una región por el simple hecho de ser los candidatos de Chávez. Los
tan regionalistas zulianos, le dieron la dirección de su estado a un andino que
por cierta tiene una carrera política desastrosa y digna de toda desconfianza
por el simple hecho de ser el candidato de Chávez. El sol no se puede tapar con
un dedo, cuando piensen en las causas de las derrotas dejen de estar ofendiendo
a los que se abstuvieron de votar, cuando votamos pocos perdemos y cuando
votamos muchos también. Las causas de las perennes derrotas son otras y los
tiros van por aquí.
La imagen fue tomada de flickr.com muchas gracias!!
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