Pericos,
Enanitos Verdes y Aditus en la Marina Imbuca. No era algo que ocurriera con
frecuencia. De allí que allí estaba todo el mundo incluyendo buena parte de mis
vecinos, familiares y amigos. A la hora de regresar a los hogares cerca de las tres
de la madrugada venia el problema de cómo hacerlo. Los que pudieron
agarraban cola, a otros los venían a buscar sus padres y otros entre quienes me
incluyo debíamos buscarnos la forma de regresar a casa. En plena agitación por
las tres cervezas consumidas y por lo bien que lo estábamos pasando yo me sentí
héroe y con la responsabilidad de buscar un carro en mi casa y devolverme a
buscar a un grupo de vecinos de mi edificio. Como pude conseguí una cola con
unos primos y haciéndole señas y gritándole a mi grupo de amigos les hice saber
que volvería por ellos. Al llegar a mi casa tome las llaves del carro de papa y
justo cuando me disponía a regresarme a la marina a buscar a los panas se oyó
un grito desde el cuarto de mi papa que me paralizó. -¿para donde crees que vas
tú? – le oí gritar a mi papa, raudo y veloz fui a su cuarto y le dije que me había
comprometido a buscar a los muchachos del edificio que aun estaban en la
marina. Mi papa me dijo que yo no volvería a salir, que los muchachos seguro conseguirían
la forma de venirse. Yo quería que la tierra me tragara. Además les estoy
hablando de la época pre-celulares y no había manera de avisarle a los panas
que si sabían contar, que no contaran conmigo porque yo estaba fuera de circulación.
No podía dormir y como a las tres horas oí gritos desde abajo, una que otra
mentada de madre, un Pancho nos abandonaste, en fin la pandilla estaba molesta
conmigo y no podía culparlos por ello, les eche el carro del siglo. Entre el
grupo, estaba mi pana Gonzo, no recuerdo si Pablito y varias muchachas que vivían
en el edificio para esa época. Todos caminaron por poco más de tres horas en
plena madrugada. Al día siguiente o mejor dicho algunas horas después sonó el
timbre de la casa, era mi pana Gonzo con cara de trasnochado. Al principio
estaba serio pero a los pocos minutos no pudo aguantar la risa y lo que comenzó
como un reclamo termino con un bochinche. Así era Gonzo, aun cuando a veces tenía
razones para estar molesto su alegría y sus ganas de reírse de la vida eran
siempre más fuertes y terminaban por imponerse. Gonzo tenía un corazón muy
grande y aun después del gran embarque del concierto de los pericos (lo cual
usaba de cuando en cuando para fastidiarme) era el más grande los amigos.
Con Gonzo viví
una de las etapas más lindas de mi vida. Fue mi compañero en “Noche de Perros”
por Ultra Stereo 104.9. Allí nos divertimos un mundo haciendo nuestros
personajes (Agua Tibia Montiel, Chuito Salazar, Morcillas Light) y chalequeando gente por la
radio. Allí hacíamos anti-radio o pretendíamos hacerla. Eso era lo de menos, lo importante fue lo
mucho que lo gozamos. Con Gonzo también hicimos la antesala a los juegos de
Magallanes en la misma emisora aun siendo el caraquista de armas tomar. Con Gonzo también
hice televisión y vivimos la experiencia de ser los padres de Contacto Deportivo
por Telecaribe.
Ayer mi pana Gonzo se nos adelanto, no les voy
a negar que lo voy a extrañar y mucho. Rara vez se tiene la suerte de contar
con un ser tan desprendido y tan divertido como un amigo tan cercano. Tuve la suerte de haber descubierto su gran talento
para la radio y mejor aun su inmensa calidad como persona. Hasta Siempre mi Pañita ¡!
100% de acuerdo. Una de las personas con mejor actitud ante la vida que he conocido. Una verdadera lastima. Alla lo veremos, algun día....
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