Venezuela es un país
fracturado, dividido, polarizado o fraccionado si así quieren llamarlo, esto no
es nuevo de alguna forma creo que así siempre ha sido. Desde los indios y los
conquistadores, pasando por realistas y patriotas, adecos y copeyanos,
magallaneros y Caraquistas, en este país la gente siempre se ha decantado por
pertenecer a dos bandos al menos de forma dominante.
Las primeras divisiones sin duda
estuvieran llenas de tirantez y odio sin embargo con el pasar de los siglos los
bandos encontrados fueron buscando maneras de dirimir sus diferencias de forma
menos violenta o mas civilizadas según sea su punto de vista. De las matanzas
de las guerras, pasamos a elecciones, partidas de domino y juegos de béisbol. Sin
duda, el paso del tiempo nos hizo crecer como seres humanos y nos hizo ver que
nuestras diferencias siempre podían resolverse sin llegar a la destrucción absoluta
del contendiente, además el pasar de los años nos llevo a pensar que entre
hermanos venezolanos las rivalidades eran una manera de disentir pero siempre
manteniendo intacto los vínculos verdaderos que nos hacían preocuparnos los
unos por los otros independientemente del “bando’ al cual perteneciéramos o apoyáramos.
Todo esto ocurrió hasta la llegada
de la “revolución bonita”, donde lejos de buscar la justicia verdadera
estrechando los vínculos de unión entre los venezolanos en aras de perseguir un
mejor país para todos, nos hizo ver que las carencias de unos eran
responsabilidad directa de otros y que ambos grupos no solo no podían convivir
como hermanos sino que al contrario, la única manera de que un grupo triunfara
era exterminando al otro.
Desde el punto de vista electoral la
cuestión ha funcionado a las mil maravillas. La división de los venezolanos ha
generado que el grupo gobernante tengan 13 años en el poder. Desde el punto de
vista del crecimiento del país y del desarrollo de nuestra nación los
resultados no podían ser peores. Esta demostrado que las naciones divididas no
marchan a ninguna parte, bueno si marchan, van hacia atrás. En el caso de
Venezuela el país va en retroceso y a toda velocidad y un ejemplo palpable de
ello es la forma como resolvemos nuestras controversias.
Ya la gente no acude a las
instituciones, la gente no juega domino y mucho menos béisbol para resolverlas,
estamos volviendo a la época de conquistadores contra indios donde el mas
fuerte se imponía haciendo uso de la violencia como mecanismo de solución de
conflicto. Es una lastima haber perdido tanto tiempo para descubrir que “la revolución
bonita” de revolución no tiene nada y de bonita menos. Al contrario estamos en
presencia de una involución y bien fea por cierto.
Lamento no sentirme optimista hoy,
no voy a terminar este articulo con una nota positiva, cuando pienso en mi país
o veo niños armados rodeados de “lideres políticos” se me acaba las ganas de sonreír
y de mirar al futuro con fe. Venezuela se nos fue de las manos, ¿podemos
recuperarla? Ojala que si, pero debe ser
rápido o nos vamos a convertir en otra Ruanda.
