Corría el año de 1977. Jimmy Carter asumía la presidencia de los Estados
Unidos de América. En España se derogaba la censura a la prensa. Se estrenaba
la primera película de la serie la serie de “La Guerra de las Galaxias” y mi
mama me llevaba un sábado al mes a darme mi corte de totuma a la peluquería
“Mundo infantil” de La Florida. Allí entre sillas de caballitos, chupetas y
mucho olor a laca. Sufría calladamente mientras observaba al Señor que me
cortaba el pelo de marcado acento español según recuerdo, dejarme con mi look Timotocuica,
el cual llevaba estoicamente para complacer a mi progenitora.
Mis visitas a “Mundo Infantil” incluían no solo mi corte de pelo, sino
una visita a la fuente de soda del Centro Comercial donde me daban un helado
que servía para endulzar un poco el amargo momento que seguía al corte de pelo.
Uno de los muchos sábados que estuve por aquellos lares en mi rutina
estilística. Hubo un hecho que rompió la monotonía de la situación. Estaba
esperando para cortarme el caballo oyendo berridos y sollozos de otros clientes
insatisfechos y padres y madres ofreciendo desde carritos hasta correazos (eran
los 70s les recuerdo) para que los niños se “tranquilizaran”. Cuando de repente
un murmullo de excitación se apodero del lugar. Del murmullo al cuchicheo, del
cuchicheo a las risas incontrolables todo esto hasta que el mas salido gritó
“Mayra Alejandra” esta en el Centro Comercial. Como si se tratara de los
mismísimos Beatles, la peluquería quedo vacía, las sillitas de caballitos
quedaron girando solas, todos corrimos a la puerta. Los mas bebes supongo que
no sabían quien era Mayra Alejandra pero cualquiera excusa era buena para
bajarse de la silla e intentar una huida desesperada de las garras de la
afeitadora cruel y ruidosa.
Yo por supuesto que si sabia quien era Mayra Alejandra. A mis tiernos 6
años ya era bien farandulero y sabia que la protagonista de la novela de las 9.
Era esa hermosísima morena, de poderosa mirada y picara sonrisa. Corrí hasta el
pasillo del Centro Comercial y allí la vi de cerquita. Con un vestido rojo
chillón que derrochaba divismo y altivez y unos lentes oscuros de esos gigantes
que le tapaban todos los ojos y buena parte del resto de la cara. Pero era
ella, sin duda era ella, La novia del Puma. Su sonrisa, esa mágica sonrisa la
delataba. Apenas pude oír saludos para todos y muchos agradecimientos cuando
ella oía la lluvia de halagos que recibió de todos los presentes. Aquel momento
fue breve pero cambio de forma contundente la dinámica de aquel sábado. Regrese
a sentarme en mi caballito giratorio, con otra actitud. Había estado cerca de
una de las más grandes figuras de la televisión venezolana de aquel momento.
Aquel día no me importo que me volvieran a dejar mi melena de “Popy”, es mas ni
siquiera me hizo falta comerme el helado después de la peluquería. Ya mi día había
sido suficientemente endulzado.
La imagen fue tomada de network54.com muchas gracias
Estimado Pancho: te invito a visitarnos en la Peluquería Mundo Infantil para que reactives esas imágenes que tienes plasmadas en tu cerebro. Probablemente ese señor de "...marcado acento español..." sería un empleado de mis padres (Pepe y Maria Luisa), quienes son los fundadores ( y principales trabajadores ) de este establecimiento que se precia de ser la peluquería infantil más antigua de Venezuela. ¡Y aun podemos mostrarte ese papel tapiz que tan bien rememoras ! Atentamente, Carlos Cervelo.
ResponderBorrarPancho yo creo que mas de una vez nos debimos de haber encontrado en el Mundo Infantil! A mi hermano también le hacían el corte totuma, a mi lo que saliera (mi pelo es super crespo!). Gracias por todos los recuerdos, en especial la bella Mayra Alejandra que en paz descanse!
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