lunes, 7 de abril de 2014

Radicales

El mundo está al revés o mejor dicho el país está al revés.  Ya es prácticamente imposible determinar a ciencia cierta lo que ocurre en cualquier escenario. No porque nos hallamos estupidizado o embrutecido. El problema va mas alla. El problema es que ya no es suficiente presenciar nada. Siempre habrá una negación hasta de las cosas mas obvias. Que cumplen con el objetivo de sembrar dudas donde es imposible que estas existan. Así es como luego de presenciar a una guardia nacional pegarle de forma desalmada a una persona indefensa en el piso y burlarse de la misma en el proceso, debemos aceptar que la persona detenida sea el ciudadano golpeado por amenazar la integridad física de la “funcionaria”.
Como ese caso hay muchos, la lógica lamentablemente desapareció de Venezuela. Se dio a la fuga junto al sentido común y a los conceptos de verdad y justicia. Todos brillan por su ausencia. Pareciera que mientras más rebuscada e imaginativa sea la excusa, más rápido será aceptada por las autoridades pertinentes, Toda esta debacle de la realidad. Ha traído sus consecuencias. Ya la gente duda hasta de su sombra por no decir que a veces dudamos de nosotros mismos. Ya no sabemos si vemos lo que vemos o pensamos lo que pensamos. He llegado a cuestionar mis ojos, mis oídos, mi mente y hasta mi cordura.
Pero el asunto aun va más allá. Lamentablemente esta ausencia de certeza ha generado que las personas ya no tengan o al menos no defiendan sus convicciones so pena de ser considerados radicales.  En la Venezuela que vivimos, aquellas personas guabinosas, o extremadamente cautas están a la orden del día o mejor dicho bailan al ritmo que les pone el país para evitar meterse en problemas. El punto ha llegado al extremo de ser considerados radicales aquellas personas que exigen algo tan simple como el cumplimiento de la ley. El problema de la falta de convicciones llegue a comprometer incluso los liderazgos políticos. De allí que cada vez las personas se sientan menos identificadas con una clase de líderes que pareciera privilegiar el pragmatismo electoral por encima de todas las cosas incluso el estado de derecho. Quizás allí radica una de las mayores debilidades de la oposición venezolana. Si algún líder se le hubiese parado al primer abuso que el gobierno cometió, o hubiese enfrentado de forma decidida las violaciones constantes del ordenamiento jurídico. No hubiésemos llegado al escenario de realismo mágico en el que vivimos. Un país que pareciera haber salido de la pluma de García Márquez, ya solo nos falta el niño con rabo de cochino para que oficialmente Venezuela se haya convertido en Macondo.
El diccionario define radical, como aquella persona tajante que no admite términos medios. No veo nada malo al respecto. En qué momento dejo de ser positivo defender a carta cabal lo que es justo o lo que está previsto en la ley. En que momento dejo de ser lo conducente defender los ideales y las convicciones sobre todo si persiguen el bienestar colectivo. Venezuela es el país al revés, solo en un país al revés se sataniza al que busca y lucha por la verdad y se privilegia al guabinoso y al hipócrita. Sin duda señales inequívocas de los tiempos perdidos en los que vivimos

 La imagen que ilustra fue tomada de cnnenespanol.com 

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