viernes, 25 de enero de 2013

El Mundo está lleno de Lance Armstrongs


 El  mundo del ciclismo esta conmovido. La figura más grande de ese deporte resulto ser un ídolo de barro.  De nada valieron sus 7 victorias en el Tour de France, Campeonatos mundiales de ruta e incluso medallas olímpicas, luego de demostrarse el uso de sustancias prohibidas para lograr la forma física que le permitió ser al menos temporalmente y de forma fraudulenta en el mejor del mundo en su especialidad y en uno de los atletas más reconocidos del planeta.
Ahora bien, siendo todo esto cierto y luego de haber sido bajado del firmamento de los dioses al infierno de los seres más despreciables en opinión de los medios masivos y de sus ciegos seguidores, considero pertinente analizar un poco más el caso del ciclista Armstrong y el fiasco en que se convirtió lo que por muchos años fue una historia inspiradora y cautivante.
Podemos estar de acuerdo en que la historia de Lance Armstrong es decepcionante por decir lo menos. No todos los días un sobreviviente de cáncer vence miles de adversidades para convertirse y por bastante en el mejor de su especialidad deportiva. No todos los días se construye un imperio económico  y de poder de la magnitud del construido por Armstrong incluyendo la Fundación Livestrong, la cual se convirtió sin mezquindades en un referente mundial en lo que organizaciones de lucha contra el cáncer se refiere.
No todos los días se destruye con tal saña a aquellos que en diversas oportunidades trataron de advertir al mundo que Armstrong no era un legítimo campeón sino más bien un tramposo guapo y apoyado, que valiéndose de alta tecnología pudo imponerse a sus anchas en las carreras de ciclismo más exigentes y reconocidas del mundo. No todos los días uno pasa de convertirse de ejemplo de multitudes a un sátrapa de forma violenta, sin pasar por “go” y mucho menos cobrar doscientos.
No obstante todo lo dicho, yo creo que el auge y caída del ciclista se ha sobredimensionado sobre todo considerando que su historia  cambiándole los montos de fama y dinero es mucho más común de lo quisiéramos  o nos gustaría aceptar. Y esto lo digo porque si miramos a nuestro alrededor  nos daremos cuenta que estamos rodeados de varias personas que pudieran estar viviendo situaciones similares a Armstrong. Po supuesto no me refiero a que vayan a ser despojados de sus victorias en el Tour de France, me refiero a que mucha gente a nuestro alrededor esta viviendo supuestas historias de éxito basados en mucho casos en mentiras o en ocultar situaciones puntuales que pudieran dar al traste con su imagen de triunfadores. La historia se repite una y otra vez. En nuestra sociedad actual los valores dignos de admiración no son generalmente los más nobles ni honestos. Las personas tristemente son mejor consideradas por lo que tienen que por lo que son y eso definitivamente es un impulso importante sobre todo para aquellos de pocos escrúpulos (créanme los hay bastantes) a lograr sus metas inmediatas o futuras a costa de lo que sea y llevándose por el medio al que sea. Lo mas lamentable de esta situación es que en múltiples oportunidades estos “triunfadores” nunca son descubiertos y algunos disfrutan de las mieles del triunfo mal habidas quizás por el resto de sus vidas.
Entonces, ¿Por qué indignarnos tanto con Armstrong?. ¿Quizás porque lo descubrieron?  Porque de no haber sido así seguramente todavía estaríamos idolatrándolo como el grande que creíamos que era. Como lo dijo el en la entrevista con Oprah, su error fue haber querido regresar al ciclismo. Lo cual puede traducirse palabras más o menos en “no estoy arrepentido de lo que hice sino que me hayan descubierto”.  Podemos seguir haciendo pedazos a Armstrong como si se tratara de un caso aislado, el punto es que no lo es.  El punto es que quizás ese periodista que lo destroza en los medios o ese moralista con aire de perdonavidas que se horroriza por el caso Armstrong, quizás también tenga los pies de barro y nunca lo sabremos. 

La imagen es cortesia de rockonfire.mx muchas gracias!!

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