Germania
Pienso que la vida de una persona queda definida de acuerdo a las oportunidades que tuvo, las que aprovecho y las que no. También creo que la mayor cantidad de certezas que te rodeen sin duda hacen que tomes más y mejores decisiones. Como todo el mundo he tomado ventajas de oportunidades increíbles y he incurrido en errores garrafales. No ha faltado quien me haya cambiado oro por espejitos, claro en algunas oportunidades he hecho lo mismo. Al final del cuento de eso se trata el vivir. Las acciones que he tomado han marcado mi vida de certezas y me han hecho lo que soy para bien o mal y debo decir que a estas alturas no hay ningún arrepentimiento extraordinario por lo hecho mas si por lo que he dejado de hacer.
Precisamente en este punto quiero detenerme, ha habido momentos en mi vida donde he dejado pasar oportunidades, muchas de ellas lo suficientemente importantes para darle un giro diferente a mi destino, no necesariamente mejor, solo diferente. No queriendo decir que todas esas oportunidades pudieran materializarse de acuerdo a mis pretensiones pero el simple hecho de haberlas dejado convertirse en incertidumbres en lugar de certezas es lo que a veces castiga. Castiga sobretodo cuando la imaginación se adueña de la incertidumbre y lo convierte a si sea por minutos en escenarios ideales que nunca ocurrieron por comodidad, por cobardía, por costumbre y por muchas otras razones que seria muy largo mencionar.
Germania Baralt es quizás una de las mas trascendentales de esas incertidumbres que algunas veces me visita. Trascendental por lo recurrente, puede ser, pero también puede trascender porque en algún rinconcito de mi mente o de mi corazón para no entrar en discusiones filosóficas sigue viviendo un lindo sentimiento hacia ella. Sentimientos de esos que nacen y se quedan contigo. Sentimientos que se esconden quizás por temor a ser eliminados pero que aparecen en momentos insospechados para trasladarte de forma violenta algunas veces a escenarios que creías haber eliminado de la carpeta más amarillenta de tu disco duro.
Con Germania sin embargo, la situación puede rayar en lo absurdo porque realmente nunca hubo una relación mas allá que la de ser compañeros de clases y mi secreta admiración por su belleza y extrema dulzura. Con Germania hubo de mi parte un enamoramiento platónico pero de esos intensos. En los cuales una simple de sus miradas y hasta un inofensivo saludo era capaz de convertir el más desabrido de mis días en uno de los más coloridos. OK la pregunta de rigor es ¿Por qué? ¿Por qué la dejaste pasar sin siquiera atreverte a indagar si existía una minima correspondencia de su parte? Las razones pueden ser varias desde mi perspectiva pero quizás la mas importante es que siempre la considere o debo decir considero una mujer fuera de mi liga.
Dicho de otra manera la parte objetiva y terrenal de mi cerebro se impuso a la parte soñadora e idealista. Se impuso la teoría interna que rezaba que con Germania no tenia nada que buscar y que debía ahorrarme a mi mismo y sobretodo a ella la incomodidad de decirme que conmigo nada que ver (salvo por supuesto AMISTAD). Hoy lamento ese dominio de mi yo objetivo sobre mi yo idealista. Con el correr de los años aprendí que la lógica es solo una herramienta y que no siempre tiene la razón. Que el sentido común no siempre funciona y que cosas insólitas pueden ocurrir si perseguimos nuestros sueños. Mas de una vez a lo largo de los años he aprendido a seguir impulsos y corazonadas y si bien es cierto no siempre he sido recompensado (de hecho me he estrellado feo varias veces), no es menos cierto que he ganado batallas que cuando tenia 20 años (cuando conocí a Germania) las hubiese dado totalmente por perdidas antes de hacer el mas mínimo esfuerzo. Después de todo el paso del tiempo también trae cosas buenas…
Las flores fueron tomadas de pasarlascanutas.com
(Continuara)
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