Es verdad tengo
tiempo que no escribo sobre la política venezolana, pero no es precisamente
porque me haya desentendido de lo que pasa en mi país. Al contrario, estoy más
informado e involucrado que nunca con lo que acontece en mi terruño. Lo que
pasa es que me he dedicado a la observación del proceso, pero observación de
verdad, tratando de no contaminarme del optimismo contagiante que a veces
podría carecer de asidero alguno.
Yo no veo encuestas, yo trato de no
inflar mis expectativas de forma desmesurada, aun cuando debo reconocer que
tengo meses cantando el jingle de “hay un Camino” generalmente de forma
inconsciente. Me limito a ver lo que ocurre, y mas que eso a buscar señales que
pudieran indicarme lo que va a ocurrir el próximo 7 de octubre.
Les voy a poner un
ejemplo, hace unas semanas estaba sentado mirando al cielo y vi una majestuosa
nube en forma de cascada. Por momentos pensé que era una señal divina de que
debía regresar a visitar el Salto Ángel. Al cual fui a mis tiernos nueve años
en compañia de mi papa. Al cual por cierto le arruine el viaje cuando
descubrimos que yo estaba enfermo con sarampión, pero buena esa es otra
historia.
Pero no eso no era lo que indicaba
el cielo, ya que mientras miraba la cascada en el cielo, un pequeñín que tendría
unos 5 añitos se me acerco y me pregunto – ¿Señor me puede decir donde puedo botar
este papelito?. En ese preciso momento, mi mente hizo la conexión, las señales
eran contundentes, La divinidad me estaba informando que el 7 de octubre va a
haber una cascada de votos por parte de la juventud que llevar al más joven de
los candidatos a la presidencia.
Pero eso no es todo, dos días atrás
iba caminando por la plaza cerca de mi casa y me puse a observar los pajaritos,
las ardillitas, la brisa que soplaba y movía los copos de los árboles. Mientras
apreciaba el paisaje, vi como un pajarito pretendía quitarle una migaja de pan
a una ardilla, para lograr su cometido volaba sobre el de forma constante y amenazaba
con picotearlo. La ardilla defendió su migaja de pan con valentía y fortaleza,
pienso que sabia que esa migaja era la ultima que quedaba en el parque y su
vida dependía de conservarla y comérsela así tuviera que aguantar el fastidio y
el ataque constante del pajarito, el cual luego aprendí que era un cardenalito
por lo rojo de su plumaje. El punto es que la ardilla, aguanto el chaparrón y defendió
su comida con uñas y dientes. Luego pude ver como disfrutaba de la migaja de
pan como si se estuviera comiendo el más suculento banquete.
Una vez mas el universo seguía dándome
señales de lo que ocurrirá el próximo 7 de octubre. El cardenalito no pudo
quitarle la migaja a la ardilla a pesar de su acecho y constante ataque. Así
debemos pelear nosotros por los votos obtenidos y defenderlos como si la vida
se nos fuera en ello, estoy seguro que como la ardilla después del chaparrón vendrá
la calma y podremos disfrutar de la victoria obtenida. Como yo observé a su
alrededor y vea las señales, el universo sigue su conspiración para que
Venezuela cambie de rumbo, fuera de eso lo otro que nos queda es votar y
defender los votos cueste lo que cueste, lo demás son cuentos de camino.
La imagen es cortesia de canalmascotas.com
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