domingo, 19 de diciembre de 2010

Mandoca con Arsénico por Leucocito Montiel

Tensa calma reina aquí en el Sur del Lago de Maracaibo donde me trasladé   en compañía de mi fotógrafo y asistente Democracio Uribarri conocido en los bajos fondos como “El Moñoño”. El motivo de nuestra visita es presenciar desde el lugar de los acontecimientos el berenjenal que esta armado por la toma de 43 fincas por parte del gobierno en esta zona del hermoso territorio zuliano. Apertrechados con dos docenas de tequeyoyos, una docena de tumbarranchos y dos termos de quaker espesita pensamos soportar no solo las inclemencias del mollejuo calor que pega en esta zona, sino también la hambrazon que produce la angustia de ver como un pueblo se resiste a una decisión gubernamental que catalogan de injusta.
            Acabamos de acceder a los alrededores de “Los Peonios” y nos encontramos con las vías trancadas y un montón de guajiritos mas calientes que plancha e chino, trancándole el acceso a la guardia nacional. Los ánimos se calmaron un poco cuando corrió el rumor que las Águilas del Zulia habían derrotado a los Bravos de Margarita con score de 3 por 2. Sin embargo, la tensión volvió a llegar al tope cuando la vendedora de papelón con limón dijo que se le acabó  el hielo y de aquí en adelante todos los refrescos saldrían “naturales” lo que es igual a decir en esta zona que se los iban a beber hirviendo.
            Desde que llegamos aquí nadie da su brazo a torcer por un lado los productores dicen que la medida es injusta y por otro lado el instituto de tierras con la guardia nacional trata de hacerla cumplir como sea, yo me acerque a los lideres de ambos bandos y les propuse que ya que no se iban a poner de acuerdo porque no mandábamos a unos soldaditos al deposito por unas frias bien heladas y unos potes de pepitonas picantes con galleta de soda a ver si se relajaban un poco y alguno de los dos entraban en razón.
                   Al ser descartada mi mediación en el conflicto me senté bajo un poncigues y Moñoño puso su Ipod a sonar con lo último de Jorge Celedon no paso media canción y ya estaba dormido, al despertarme con los ronquidos de Moñoño me di cuenta que estaba oscuro y que ya no había ni guardias ni guajiros. Sabe Dios como terminaría este brollo, me voy a terminar de comer este tequeyoyo para averiguar donde puedo agarrar un por puesto que nos lleve de regreso a Maracaibo, que molleja de cobertura, me despido desde el lugar de los acontecimientos reportando en exclusiva Leucocito Montiel para “The Pancho Alfonshow”.
  

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