viernes, 22 de octubre de 2010

Scarlett


Entiendo que a poca gente le interesan mis asuntos estrictamente personales, muestra de ellos es la respuesta que recibo en las estadísticas de este blog cuando escribo sobre algún tema que me toca directamente o en el cual tengo participación directa. Sin embargo, en este escrito voy a ignorar que mis seguidores no aprecien los escritos que reflejen partes íntimas de mi vida. Al menos hoy voy a escribirle al amor platónico más grande que he tenido. Si aun más grande que el que le profese a mi maestra de 2do grado. Aun más intenso que el crush (no correspondido por supuesto) que tuve con la estudiante más brillante de mi liceo (ella sabe quien es) y definitivamente mucho mas duradero que aquel que tuve con aquella italianita que conocí en unas vacaciones en Buchuaco.
            Alguna vez alguien extremadamente inteligente o muy tímido o ambas dijo “El amor no correspondido dura para siempre”. Yo puedo dar fe cierta de esto pues he tenido muchísimos enamoramientos platónicos en mi vida y alguno de ellos han tenido igual o mayor intensidad que los de verdad verdaita. Por otro lado recuerdo la mayoría de ellos con una sonrisa en mi cara, no ocurriendo lo mismo con algunos de los que se materializaron en la realidad.
            El que es objeto de este escrito comenzó hace aproximadamente 6 años cuando caí hipnotizado por el magnetismo que irradiaba aquella rubia de piel de durazno y mirada de cachorro cocker spaniel. No se si fue la fragilidad que irradiaba su personaje o simplemente su aura de inocencia como poderosa arma de seducción las que me hicieron caer rendido a sus pies. En aquel momento pensé que realmente me había enamorado de Charlotte, el personaje principal de la película “Lost in Traslation” de Sofía Coppola.
            Después pensé que me había sentido atraído por “la historia de amor” que se desarrollo en la película entre una muchacha muy joven y un hombre maduro. Ambos con proyectos de vida aparentemente establecidos pero que al mismo tiempo se encontraban terriblemente solos e indefensos en una ciudad que puede ser muy intimidante como Tokio, sobretodo si no hablas japonés y no tienes mayor conocimiento de la cultura como era el caso de ellos.
            Pero no había sido una cosa ni la otra, realmente me había enamorado de Scarlett Johansson, una adorable Neoyorkina que para ese entonces contaba con 18 añitos y ya deslumbraba al mundo con una actuación que la catapultaría a ser una de las estrellas mas importantes del mundo del celuloide. No era la primera vez que me enamoraba de una actriz o de un personaje. Ya había estado perdidamente enamorado de Uma Thurman después de su rol en “Relaciones Peligrosas”  e incluso debo admitir que sentí ciertas cosquillitas cuando veía a Carrie Fisher vestida como la Princesa Leia en “Star Wars”. Pero esto era diferente, a diferencia de lo que me ocurrió con Uma y Carrie, sentí que Scarlett había llegado a mi corazón para instalarse allí y no dejarme nunca más.
            A diferencia de lo que ha pasado en mis anteriores relaciones platónicas con celebridades, me dedique a seguir la carrera de Scarlett con extremo cuidado. Lo cual no fue fácil considerando que ha hecho 18 películas desde el 2003 a esta fecha. Por otro lado, el cine no era todo en su vida, múltiples portadas de revistas y trabajos fotográficos también captaron mi atención y es que hasta he buscado tiempo para oir los dos trabajos musicales que ya tiene editados. Como ven no solo es una belleza de mujer sino extremadamente talentosa y polifacética.
            Por lo visto no soy su único enamorado, su fama creciente y la cantidad de trabajo que realiza debe ser proporcional a sus millones de seguidores estando al menos la mitad de ellos enamorados de ella como lo estoy yo. Entiendo que muy probablemente ella nunca se entere de mi existencia, pero eso no será impedimento para que yo siga enamorado de ella, a fin de cuentas los amores no correspondidos duran para siempre. Además quien quita y a ella le de por aprender español y después empiece a googlear su nombre y consiga este escrito y se sienta intrigada por el y decida contactarme e invitarme a conversar en su mansión. En este mundo cualquier cosa puede pasar. Si cualquier cosa, incluso que Scarlett Johansson quiera conocerme y cantarme su versión de “ Brass in Pocket” al oído.
Les dejo para que disfruten un pedacito de “ Brass in Pocket” extraido de la pelicula “Lost in Traslation” de Sofia Coppola, para que vean no solo la sensualidad de mi adorada Scarlett sino ese poderoso intercambio de miradas con Bill Murray. Gracias a Scarlett Johanson por el uso que de su imagen estoy haciendo en mi blog y tambien por existir.


 

1 comentario:

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