The Pancho AlfonShow: Homenajeanza #2

El 29 de noviembre de 1946 (mismo año que mi padre) nació en San Antonio de los Baños, Cuba, el homenajeado del día de hoy. El sujeto en cuestión es uno de las imágenes visibles de uno de los movimientos musicales mas conectados a movimiento político alguno, al punto de ser conocido por mucha gente como la “Banda Sonora de la Revolución Cubana”.

El artista en cuestión es una de las plumas mas prolíficas de la ‘Nueva Trova Cubana” y sin duda, el padre de muchas de las mas hermosas líricas musicales de la historia (opinión del autor de esta nota, es decir de Panchito). “La gota de rocío”, “Óleo de mujer con sombrero” y “Te Amare” son solo algunas de las piezas musicales que enamoraron a millones de jóvenes latinoamericanos y que en cierta forma al menos subconscientemente los hicieron pensar que la revolución cubana no era lo que oíamos de nuestros padres y que eventualmente era la mejor forma de convivencia, o al menos la mas justa y equitativa para la mayoría de nuestros pueblos.

Al homenajeado en cuestión le debo el hecho de haberme hecho pensar que no todos los habitantes de nuestro continente tenían y tendrían las oportunidades que yo tuve, a el también le agradezco haberme dado argumentos y frases para enamorar pero sobretodo le agradezco el hecho de haberme hecho adorar el contenido de una canción que me hiciera pensar, soñar y que me dejara siempre con la sensación de que el mundo era mucho mas que lo evidente y de lo que estaba al alcance de nuestra mirada y nuestras manos. Además, me enseño que la más tierna canción de amor no necesariamente estaba dirigida a una mujer ya que podía estar dirigida a un fusil o a una revolución.

El artista objeto de este homenaje llego a cautivarme al punto de prometerme a mi mismo (promesa incumplida) que si alguna vez tenia un hijo este tendría su nombre. La razón de esta promesa va mucho más allá de una simple admiración musical. Al fin y al cabo ídolos musicales tenia muchos y no pensaba tener 4 hijos mas para ponerles John, Paúl, George y Ringo.

Por razones que desconocemos el momento de crecer nos llega y los sueños no desaparecen pero se transforman y aquellas canciones que me hacían soñar cuando tenía diecinueve años siguen estando en mi corazón pero desalojaron mis neuronas. Por esa razón el músico que gobernó autoritariamente una de las mejores etapas de mi vida como lo fue mi etapa universitaria en un momento determinado perdió su poder de convocatoria. Pero no perdió y nunca perderá los momentos vividos, las experiencias dejadas en el camino y el afecto cultivado.

Algunos de ustedes, sobretodo aquellos que escasamente me conocen por lo aquí escrito probablemente no entiendan mi conexión con el homenajeado de hoy, es decir con Silvio Rodríguez. Una de las voces emblemáticas de uno de los regimenes más criminales y despiadados de la historia del mundo. La única razón que puedo esgrimir es que en mi inocente juventud (si es que esos dos conceptos son compatibles) tuve la dicha de vivir en un país donde la política y las artes no necesariamente debían mezclarse. Donde respetábamos y admirábamos a las personas sin tener que averiguar sus orientaciones ideológicas o su vinculación a algún gobierno violador de libertades elementales.

El tiempo pasa y no pasa en vano. Silvio Rodríguez siempre será para mí un individuo digno de admiración. No puede ser de otra manera con un ser capaz de escribir y trasmitir como el lo hace. Siempre le daré el beneficio de la duda como se lo doy a mis amigos de verdad aun cuando se vean involucrados en situaciones difíciles y comprometedoras. Sin embargo, a veces debemos estar agradecidos de algunas decisiones que tomamos, incluso de algunas que no nos gustaron en el momento de tomarlas. Nunca podré agradecer suficientemente que “Sebastian Manuel Del Valle” no se llame “Silvio Rodrigo”.