domingo, 21 de noviembre de 2010

Domino

            El domino tiene 28 piedras con pintas que muestran diferentes combinaciones entre cero y seis. Existe una  forma tradicional de jugarlos, según la cual se van interconectando las piezas de acuerdo a su valor, resultando vencedor el primero que logre quedarse sin piedras, obteniendo como recompensa el puntaje que no haya podido botar el contrincante. El ganador del juego será aquel jugador o pareja de ellos que logre alcanzar la suma de puntos que haya sido predeterminada como la meta del juego.
            Este juego que puede parecer bastante sencillo en su esencia puede tornarse difícil en ocasiones sobretodo cuando no se tiene un buen juego, es decir, no contar con las piedras ideales  para desplegar tu estrategia y poder vencer a tu oponente. Los expertos en la materia señalan que es muy fácil ganar una mano cuando te toca un violín (múltiples fichas de la misma pinta) e incluso hasta el mas incompetente de los jugadores podría tener una buena actuación si tiene la suerte de recibir buenas piezas para jugar.
            No obstante, hay gente que puede ganar una mano de domino y hasta un juego completo a pesar de haber recibido pésimas piezas. Por supuesto que el trabajo de estos es más difícil. Se requiere pensar bastante, analizar, sacar provecho de las oportunidades que el rival te de con sus equivocaciones y minimizar los errores propios al máximo.
            La tarea no siempre es sencilla e incluso en el transcurso de este tipo de juegos complicados puede llegarse a pensar que la victoria no es una opción viable.  Pero todo es posible siempre y cuando mano tras mano se sigan recibiendo 7 piezas, ya que por muy malas que estas sean, siempre te darán la posibilidad de jugar de igual a igual.
            En el domino, como en muchos juegos hay verdaderos pensadores y hay otros que se lo toman a la ligera, estos segundos son los que con frecuencia llamamos “pone piedras”. Estos, la mayoría de las veces disfrutan mas del ambiente que rodea el juego, que el juego en si mismo. Sin embargo se han visto casos de “pone piedras” que terminan convirtiéndose en excelentes jugadores de domino. Algunos lo hacen porque poco a poco se van apasionando por el juego y se dejan maravillar por las múltiples opciones y combinaciones que pudieran presentarse en el mismo.
            Otros cansados de perder empiezan a dejar de jugar como autómatas y empiezan a darse cuentas de sus movimientos y sus consecuencias. Comienzan a entender que en el domino las malas jugadas se pagan pero que también las buenas jugadas son recompensadas. Comienzan elaborar estrategias que les ayuden a ser exitosos incluso cuando la meneada de las piedras sea mezquina y no les de buenas herramientas para triunfar.
            Hoy me dio por pensar en el domino y en lo mucho que se parece a la vida. Siento que sea como sea la mano que te toque hay que jugarlas las piedras  con la mayor precisión posible, lo cual no te exime de cometer errores. Lo importante sin embargo será el no darse por vencido y pensar que tu próxima jugada va a ser lo suficientemente buena para darte la victoria. No hay que desmayar al menos mientras  sigan llegándote las 7 piezas al comienzo de la mano. En el domino como en la vida hasta las mas feas a veces terminan casándose!!

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