En esta segunda lección para emigrantes nos queremos enfocar en dos ingredientes importantísimos que usted debe tener si esta considerando seriamente el irse a vivir a otro país. Estos son “Humildad y Paciencia”. Y lo digo fundamentalmente porque la experiencia demuestra que aquellas personas que intentan emigrar y se devuelven al poco tiempo generalmente carecen de una o de los dos elementos antes mencionados.
Comencemos por la humildad. Al mover nuestras vidas a otro lugar debemos ser conscientes de que todo lo alcanzado en nuestro país de origen no necesariamente tiene el mismo valor en donde nos estamos mudando. Es común el escenario donde personas que han ocupado cargos gerenciales y/o que tienen una excelente formación académica, pretenden alcanzar altas posiciones desde su arribo a su nuevo hogar. Ojo hay gente que lo logra pero lamentablemente no son la mayoría, así que hay que ser humildes y aceptar quizás un trabajo mas modesto ir demostrando la capacidad, irse ganado la confianza y generalmente tarde o temprano se van alcanzando posiciones cimeras.
Resulta entonces que debe hacerse una especie de reseteo (si es que esta palabra existe) y trazarse metas alcanzables para no frustrarse, porque lo que ocurre generalmente con estas personas que no van preparadas para hacer el ajuste, es que viven comparando lo que era su trabajo en su país original con el de su nueva casa.
Esto comienza una espiral de desazón y frustración que termina generalmente con retornos no planificados y volver a la realidad anterior a veces en condiciones inferiores a las que tenían antes de intentar el cambio de escenario. Como dicen los gringos “without goat and without rope” lo que traducido al guaro seria como “quedarnos sin el chivo y sin el mecate”.
El inmediatismo es otro enemigo numero 1 del emigrante. Hay personas que influenciados por algunas historias exitosas o quizás por lo que ven en películas piensan que la vida en el extranjero es coser y cantar y que de la noche a la mañana van a estar recogiendo billetes de los árboles y haciéndose extremadamente ricos.
Craso error, en el exterior, en el interior y hasta en Marte y la luna hay que sudarse las posaderas para progresar. Es cierto que se puede mejorar y triunfar pero eso no ocurre en un abrir y cerrar de ojos o en una meneada de nariz como lo hacia “Hechizada”. Es un proceso donde hay que comer verdes a veces más tiempo del que nos gustaría y eventualmente después toca comerse las pintonas hasta que con trabajo y paciencia, mucha paciencia puede llegar el momento de disfrutar de los frutos maduros.
Me ha tocado ver casos como el de un amigo al que llamaremos “Zamudio”. Zamudio llego por estos lares y aun sin tener trabajo se compro un deportivo de lo más “fancy” y por supuesto empezó a mandar su curriculum a posiciones gerenciales a fin de cuentas el venia de desempeñar cargos importantes en su país de origen. Mientras buscaba trabajo empezó a viajar a conocer su nuevo país, por supuesto había que rumbear sobretodo ahora que había seguridad y un montón de ricuritas por conocer.
Al cabo de pocos meses el pana Zamudio no logro conseguir el trabajo de sus sueños, no quiso trabajar en otro tipo de empleos por debajo de su nivel y de sus ahorritos solo quedaba lo gozado. Evidentemente el paso siguiente era la vuelta a la patria, despotricando del sistema y del país que lo recibió. Por supuesto el culpable de su fracaso debía ser otro como siempre.
Contrariamente a lo que mucha gente piensa irse a vivir fuera del terruño no es nada fácil y si bien podría ser cierto aquello de “nadie es profeta en su tierra’ no es menos cierto que ser profeta en cualquier otra parte no es mucho mas fácil. “Humildad y Paciencia” son elementos indispensables para triunfar en cualquier área de nuestras vidas y el emigrar a otro país no escapa de ello.
La foto que ilustra el post es cortesia de La Guia Maxim, gracias!!
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